La rinitis es una enfermedad inflamatoria de la mucosa de la nariz desencadenada por diferentes agentes.
Sabemos que no todas las rinitis son de causa alérgica, pero nos vamos a enfocar en la rinitis alérgica que es uno de los motivos por el que más nos consultan a los alergólogos.
Esta enfermedad es a menudo subdiagnosticada, dado que puede presentarse de forma leve e intermitente sin provocar demasiadas molestias al paciente y resolviéndose temporalmente con antihistamínicos orales generalmente autoadministrados.
Sin embargo, muchas veces el paciente refiere sentirse muy molesto ya que los síntomas son severos y persistentes: manifiesta obstrucción de las fosas nasales (la mayor parte de las veces de manera alternada), secreción nasal o rinorrea líquida, acuosa que puede ser profusa y necesitar del uso de muchos pañuelos por día, accesos de estornudos (“¡no puedo parar!”) generalmente a la mañana al levantarse y prurito o picazón de la nariz, de los ojos (que además lagrimean), del paladar, oídos y/o faringe. Estos síntomas le provocan al paciente gran malestar, afectando su concentración, la vida social, escolar y laboral, sus horas de sueño, o sea alterando su calidad de vida de manera significativa.
Los llamados alérgenos a los que el paciente alérgico se sensibiliza son los responsables de desencadenar todos estos síntomas: los ácaros del polvo doméstico, caspa de animales como las mascotas, pólenes y esporas de hongos ambientales son los más frecuentes.
El médico alergólogo es el indicado para el estudio y el tratamiento específico de esta enfermedad de alta prevalencia que en nuestro país afecta a aproximadamente el 20% de las personas.