• Alimentos: son los desencadenantes más frecuentes en niños. Leche, huevo (en especial en niños), maní y mariscos, (en adolescentes y adultos), entre otros.
  
  
• Medicamentos: son la causa más común en adultos. Antinflamatorios, analgésicos y antibióticos (como amoxicilina), y anestésicos en pacientes internados, etc.
  
  
• Picaduras de insectos: las hormigas coloradas son los insectos más frecuentes, en Latinoamérica, seguidos por abejas y avispas.
  
  
• Látex: Presente en guantes, algunos productos médicos o domésticos.
  
  
• Otros factores: Ejercicio físico, exposición al frío, colorantes y contrastes usados en estudios médicos.

Los síntomas de la anafilaxia pueden aparecer rápidamente e incluyen:

• Piel: Urticaria, picazón, hinchazón en los labios, ojos o garganta.
  
  
• Respiración: Dificultad para respirar, sibilancias (silbidos en el pecho), opresión en el pecho, sensación de asfixia.
  
  
• Circulación: Caída de la presión arterial, mareo, desmayo, taquicardia.
  
  
• Gastrointestinales: Náuseas, vómitos, dolor abdominal, diarrea.
  
  
• Otros: Ansiedad, sensación de muerte inminente.

1. Administrar adrenalina (epinefrina): Si la persona tiene un autoinyector de adrenalina, aplícalo inmediatamente en la parte externa del muslo. Si tiene ampollas de adrenalina y jeringas de 1 ml, cargar la jeringa con 0,30 a 0,50 ml (en adolescentes y adultos) y aplicar en cara lateral del muslo. Este es el tratamiento principal y debe aplicarse lo antes posible.
   
   
2. Llamar a los servicios de emergencia o trasladar al paciente a un centro asistencial: Marca el número de emergencias (911 en muchos países).
   
   
3. La dosis de adrenalina puede repetirse si en 5 a 15 minutos el paciente no mejora.
   
   
4. Colocar a la persona en posición adecuada: Acuesta a la persona y eleva sus piernas para mejorar la circulación hacia los órganos vitales si presenta síntomas de baja presión. Si presenta dificultad respiratoria es preferible mantenerlo sentado.
   
   
5. Mantener la calma: Es esencial mantener la tranquilidad, tanto para el paciente como para quienes lo asisten.

En el hospital, pueden administrar más adrenalina, oxígeno, líquidos intravenosos, antihistamínicos y/o corticoides. Es posible que observen al paciente durante varias horas para asegurarse de que no ocurra una segunda reacción.

• Identificar y evitar alérgenos: Si se conoce la sustancia que provoca la reacción, es vital evitar la exposición a ella. Evitar los alimentos, medicamentos u otras sustancias que causan alergia en el paciente. Para esto es esencial consultar a un médico alergista quien efectuará estudios para determinar la causa de la anafilaxia, y eventual tratamiento.

• Llevar medicamentos de emergencia: Las personas con historia de anafilaxia deben llevar siempre consigo un autoinyector de adrenalina o ampollas de adrenalina y jeringas adecuadas. El médico debe instruirlo en el uso de dichos medicamentos.
  
  
• Uso de pulseras o collares de alerta médica: Indican el riesgo de anafilaxia en caso de emergencia médica.

La anafilaxia es una emergencia médica. El tratamiento con adrenalina debe administrarse lo antes posible para salvar vidas. Otros medicamentos, como los antihistamínicos y los corticoides, pueden ser útiles, pero no sustituyen a la adrenalina.

Con un tratamiento adecuado y rápido, la mayoría de las personas se recuperan completamente de un episodio de anafilaxia. Sin embargo, quienes han experimentado un episodio previo tienen mayor riesgo de sufrir otro, por lo que es esencial contar con seguimiento médico y estar preparados.