La ley N° 26.529 es la norma que rige la relación de los pacientes con los profesionales de la salud y las instituciones médicas.

La ley fue sancionada en el año en el año 2009, siendo la primera ley que establece de modo general los derechos de los pacientes.

Sin embargo la ley 17.132 sancionada en el año 1967 por el Poder Ejecutivo Nacional ya establecía derechos sobre el ejercicio de la medicina, odontología y actividades de colaboración en la Capital Federal, en la cual también se reconocían derechos a los pacientes.

En este primer artículo se analizarán los lineamientos generales sobre los derechos de los pacientes.

La ley señalada regula los aspectos del paciente con respecto a la autonomía de su voluntad, la información y la documentacion clínica.

El paciente tiene derecho a asistencia médica, a un trato digno y respetuoso, a la intimidad, a la confidencialidad, a la autonomía de la voluntad, a la información sanitaria y a la interconsulta médica.

El derecho a la asistencia médica implica que los pacientes tienen derecho a ser asistidos por profesionales de la salud sin menoscabo y distinción alguna producto de sus ideas, creencias, políticas y/o de su nivel socioeconómico.

El paciente merece un trato igualitario por parte de los profesionales de la salud, quienes tienen el deber de atender y tratar al paciente, sin importar cuestiones de raza, religiosas, económicas, sociales o políticas.

El derecho al trato digno importa que el paciente debe ser atendido en forma “respetuosa” por parte de los agentes de la salud, sin menoscabar sus principios morales y personales.

El derecho a la intimidad del paciente supone que los agentes de salud deben obtener, clasificar, custodiar y transmitir la información sobre el paciente con respecto a la dignidad humana y sin violar su intimidad y la confidencialidad.

El derecho a la intimidad del paciente tiene un correlato de la obligación del secreto profesional médico, quien no puede revelar la enfermedad, diagnóstico y tratamiento del paciente sin la autorización del paciente.

El derecho del paciente a la confidencialidad se vincula también con la preservación de la intimidad y con el secreto profesional médico, implicando la reserva de la documentacion e información sobre la enfermedad que padece el paciente.

Por su parte la autonomía del paciente es un derecho esencial y consiste en que el paciente tiene derecho a decidir sobre determinadas terapias o procedimientos médicos, aceptándolos o rechazándolos, no pudiéndose imponer un tratamiento particular para su enfermedad.

Este derecho es un derecho inalienable de la persona humana y a su salud, ya que no se le pueden imponer y obligar al paciente prácticas médicas o biológicas o farmacológicas que el paciente no acepte.

Esta autonomía de la voluntad llevo a números fallos sobre la colisión entre el derecho a la vida y el derecho a la religión, cuando pacientes se negaban a transfusiones de sangre por creencias religiosas que ponían en peligro la vida del paciente.

El derecho a la información consiste en que el paciente debe recibir de parte de los profesionales de la salud y de las instituciones de la salud toda la información sanitaria necesaria vinculada a su enfermedad.

El derecho a la interconsulta consiste en el derecho del paciente a recibir información sanitaria por escrito para poder efectuar una segunda opinión profesional sobre el diagnostico, pronóstico y tratamiento médico.

En el próximo artículo se abordará en forma pormenorizada algunos de los derechos de los pacientes, contribuyendo a que los pacientes tengan un pleno conocimiento de sus derechos, como también de sus obligaciones.

Nicolas Miguel Villani
Abogado
Tono 63 Folio 990 CPACF